Cuatro años antes de la muerte de Albert Einstein, en 1951, durante su 72º cumpleaños, el fotógrafo Arthur Sasse tomó la instantánea que mejor muestra esa mezcla de persona, eminencia y personaje que poseé Albert Eintein. En ella, el sabio sacaba su lengua a la cámara, una pose que pronto dio la vuelta al mundo y que hoy se puede encontrar en laboratorios, dormitorios y residencias de todo el planeta. Además, su peculiar apariencia física le ha hecho aparecer en dibujos animados, cómics y hasta en películas, donde ha sido encarnado por el gran actor Walter Matthau.
Albert Einstein murió en Princeton, donde trabajó entre 1933 y 1945, debido a la ruptura de un aneurisma de aorta. Antes de que incinerasen su cadáver, se extrajo su cerebro para su estudio. El físico dejó sus derechos de imagen a la Universidad Hebrea de Jerusalén.
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